martes, 3 de marzo de 2015

SOBREPESO Y OBESIDAD.


La obesidad se define como un excesivo acumulo de grasa corporal. Es alarmante la evolución observada en los últimos 20 años, en los que se ha duplicado la tasa de obesidad en países como EE.UU o Gran Bretaña. En España  los datos del año del 2012 indican un aumento de casi el doble respecto de las tasas de hace 25 años. Así podemos decir, que si tenemos en cuenta también el sobrepeso, el porcentaje de adultos afectados alcanza el 53,7 %.

 A medida que avanza la edad se favorece el acumulo de grasa y su distribución en la zona abdominal. Esta circunstancia hace que aumente la probabilidad del desarrollo de complicaciones:

Cardiovasculares: hipertensión arterial, angina de pecho, infarto de miocardio.
Metabólicas: diabetes, hipercolesterolemia.
Cáncer: mama, colon....


Para poder establecer el grado de obesidad y los diferentes tipos,  se utilizan una serie de parámetros que vamos a definir.

El método  más empleado para diagnosticar la obesidad es el IMC o Índice de Masa corporal. Este parámetro se calcula dividiendo el peso en kg por la talla en metros elevada al cuadrado.
IMC = Peso (kg)/( Talla (m))2

De acuerdo con el IMC se establecen los siguientes rangos:


Afrontar una doble carga de morbilidad
Muchos países de ingresos bajos y medianos actualmente están afrontando una "doble carga" de morbilidad.
·    Mientras continúan lidiando con los problemas de las enfermedades infecciosas y la desnutrición, estos países están experimentando un aumento brusco en los factores de riesgo de contraer enfermedades no transmisibles como la obesidad y el sobrepeso, en particular en los entornos urbanos.
·     No es raro encontrar la desnutrición y la obesidad coexistiendo en un mismo país, una misma comunidad y un mismo hogar.

En los países de ingresos bajos y medianos, los niños son más propensos a recibir una nutrición prenatal, del lactante y del niño pequeño insuficiente. Al mismo tiempo, están expuestos a alimentos hipercalóricos ricos en grasa, azúcar y sal y pobres en micronutrientes, que suelen ser poco costosos. Estos hábitos alimentarios, juntamente con una escasa actividad física, tienen como resultado un crecimiento brusco de la obesidad infantil, al tiempo que los problemas de la desnutrición continúan sin resolver.




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